¿Qué es el rumbo?
El rumbo es un ángulo que está determinado por tres puntos, el norte, nuestra posición (vértice) y el lugar a donde queremos ir. Se mide en sentido horario.
En navegación, el rumbo absoluto es el ángulo que forma el Norte con un objeto, observados ambos desde la embarcación. Dado que el norte puede referirse al geográfico o al magnético, distinguimos dos tipos de rumbo, el verdadero y el magnético. Recuerda que el norte geográfico es donde se unen las líneas de longitud (el más alejado del ecuador, donde estaría el eje imaginario de giro terrestre), mientras que el magnético es el que marca la brújula según el campo magnético terrestre, y que cambia de posición (el ángulo entre el primero y el segundo se llama declinación magnética).
El instrumento tradicional para medir el rumbo es la brújula. Consiste en una aguja imantada que gira indicando el norte magnético. El otro lado del ángulo lo marca el lugar al que queremos desplazarnos y el vértice es nuestra localización.
El ángulo que nos muestra la brújula es un ángulo horizontal, aunque algunas permiten también medir ángulos verticales porque disponen de un accesorio adicional llamado clinómetro.
Puesto que el rumbo es un ángulo, para medir su amplitud utilizamos unidades de medición de ángulos, en nuestro caso grados sexagesimales.
En algunas ocasiones se indica el rumbo con ángulos agudos, (menores que 90º), en ese caso hay que indicar en qué cuadrante está el ángulo respecto a los cuatro puntos cardinales, N S E O, por ejemplo, N30ºE.
La definición de rumbo, azimut, y otros conceptos relacionados con la orientación, puede variar en función del ámbito de referencia, navegación aérea, marina, topografía, etc. En este artículo sólo queremos mostrar cuál es la aplicación básica de la brújula de forma muy sencilla, para personas no iniciadas en su manejo.
Si quieres saber más sobre el funcionamiento de la brújula, los tipos y sus elementos consulta nuestra siguiente entrada del blog.